miércoles, 24 de abril de 2013

Diario de Clara: 1-agosto

Hola lectores, sé que he tardado mucho, muchísimo en dejar éste capítulo, pero he vuelto más inspirada y dispuesta a escribir un poquito mejor.
Os pido que comentéis, no lleva mucho tiempo y da unos ánimos increíbles.
Espero que os guste :$



Sábado-1-Agosto

Estoy muy, muy cansada tras 4 agotadoras horas en tren. Deberían haber sido 1 y media, pero nos equivocamos de tren 2 veces, por lo que se relentizó mucho el viaje. Mientras sin saberlo nos dirigíamos a Lyon, acordamos las parejas para las habitaciones.
En la 5º planta:
-507: Salvador y Kiko
-508: Mario y Pablo
-509: Melody y yo
-510: Zaida y Elena
-511: Dakota y Sofía

Lo que más me gustaba era que me separaba una habitación de Dakota y cero de Pablo. Estaba feliz, imaginando unas vacaciones perfectas en París, como las de las películas que mi madre y yo solíamos ver los fines de semana con una bolsa de palomitas delante. Parecía un sueño. Yo era una soñadora, y ya me imaginaba de la mano de Pablo en lo más alto de la Torre Eiffel juntando nuestros labios poco a poco, como habíamos hecho en el tejado en repetidas ocasiones. Aquel lugar se había convertido en el más romántico que conocía en cuestión de días. Un corazón con nuestros nombres, el recuerdo de sus abrazos en la seguridad de la noche, el tacto de sus labios, todo me volvía loca.

Cuando llegamos al hotel "TRYP Paris François Hotel", a unos metros del Sena. Nos hicieron esperar media hora hasta que nos dieron una llave a cada uno. Fuimos de inmediato a las habitaciones. Eran las 5 de la tarde, y no habíamos comido así que fuimos al restaurante más cercano al hotel, un italiano no muy caro. 22€ cada uno. Eso me deja el presupuesto con 488€
Luego subimos a las habitaciones a deshacer las maletas. Melody y yo estuvimos instalándonos. Ella estuvo muy callada y distraída toda la tarde, así que estuvimos hablando:
Yo: Melo, ¿estás bien?
Melody: Clara, ¿has hablado últimamente con Pablo? ¿O lo has notado distante?
Y: Está normal, al menos conmigo. ¿Qué ha pasado? Está conmigo todo el tiempo.
Me extrañó aquella pregunta y enseguida intuí que algo no iba bien.
M: Pues... Ayer por la tarde me dijo que por la noche hablara con él, que me tenía que preguntar sobre ti. Y llamó a mi puerta cuando los profesores ya se habían acostado. Zaida estaba dormida, así que salí con cuidado de la habitación. Él salió por la ventana del pasillo y me hizo un gesto para que fuera. Le dije que estaba loco, que volviera, pero él rodó los ojos, se subió a la ventana y me hizo saltar con él. Entonces me dijo que me había visto bailar y se había enamorado. Pensé que estaba de coña, empecé a decirle lo absurdo que era eso sin echarle mucha cuenta a él, cuando me agarró del cuello y la cinturaa atrayéndome hacia él para besarme, y no me dejó escapar de entre sus brazos y los manotazos que le daba para que me soltara no parecían afectarle. Cuando se relajó un poco me aparté y le pegué un puñetazo en el pecho. No se inmutó. Le dije que cómo había podido, que era un cerdo... y me ofreció salir con él a tus espaldas. Dijo que no tenías por qué enterarte, que habría discreción. Le dije que no, que eras mi amiga, y él se molestó bastante, pero acordamos olvidarlo para que tú no notaras nada. Pero... si él ha intentado engañarte, yo te lo tenía que contar. No puedo ocultarte algo así.
Dicho esto, entré en shock, y ella me abrazó fuertemente. Sin mediar palabra, salí corriendo del hotel antes de que las lágrimas inundaran mis ojos.

Yo quise morirme, ir a matarlo o algo por el estilo. En vez de eso, lloré y desaparecí de la vista de mis compañeros. Y quise desaparecer. Del todo. No más Dakota, no más lágrimas. Me senté a orillas del Sena, me daba igual quién me viera llorar, sólo quería estar sola. Me quedé allí sentada mucho tiempo, en mi mundo, aunque Pablo formara parte de él. Me costaba creer que todavía le seguía queriendo pese al dolor. Volví al hotel pasadas las 2 de la madrugada desechando la idea de desaparecer. La ciudad del amor no era lugar para una joven con el corazón destrozado como yo.